Parece que las tormentas han pasado ya y que han vuelto los tiempos de bonanza, y si la situación política del país lo permite, hasta nos aventuramos a pensar que los buenos tiempos han venido para quedarse al menos por una temporada.
Sin duda son buenas noticias, sobre todo para las empresas familiares que han sabido sortear la crisis y han salido mucho más reforzadas que antes, aprendiendo de los errores del pasado y experimentando de nuevo el tan ansiado y luchado crecimiento en sus compañías.
Pero, si hay algo que hemos aprendido de esta anterior etapa es que “bonanza no significa calma”. Si hay algo que los tiempos modernos nos demuestran es que nada se debe dar por sentado y que los cambios hoy en día son constantes y además se producen a pasos agigantados.
En este contexto es clave para cualquier organización conocer, evaluar y anticiparse a cómo esos cambios pueden afectarnos para saber así cómo debemos reaccionar y adaptarnos más rápidamente a estos nuevos retos. Esto es una palanca clave para garantizar la sostenibilidad futura de nuestras empresas, sobre todo cuando hablamos de empresas de tamaño medio y pymes cuya posición, en un contexto cada vez más global y competitivo, es mucho más débil.
Los ejemplos abundan como UBER & CABIFY que han afectado al sector de los taxis, como AIRBNB que ha impactado en el mundo hotelero, como AMAZON que hace temblar a la distribución física, o como empresas como BLABLACAR que ponen sobre la mesa una posible sobrecapacidad productiva en el sector del automóvil, demostrando que la gente piensa más en compartir que en comprar (simplemente basta con ver la cantidad de aceleradoras que van surgiendo para impulsar la generación de nuevos modelos de negocio adaptados a las nuevas necesidades de los consumidores).
Siendo conscientes de lo cambiante que se ha vuelto el mundo empresarial, en Improven consideramos necesario implementar en nuestros clientes procesos de monitorización del entorno para trasladarlo a su organización, ya que la respuesta común del mercado ante esta situación son del tipo: “mi secretaria me envía noticias de interés”, o “tengo alertas sobre temas que me interesan”, “voy a congresos, eventos, ferias”…; o bien en otras nos dicen que ocasionalmente, para algún lanzamiento de producto, el departamento de marketing hace o adquiere algún informe sobre un tema puntual que interese. Y es verdad que todo esto es importante y necesario, pero lamentamos decirte que no es suficiente, porque no estamos obteniendo todo el valor añadido que nos puede dar esa información y precisamente de esto trata este artículo, de compartir contigo cómo desarrollar una metodología de observación de tendencias empresariales que realmente te aporte valor y te ayude a ir adaptando tu organización a los cambios que van surgiendo, y de esta forma, garantizar su sostenibilidad.
Las dificultades que las empresas encuentran para abordar un proceso de estas características reside, en la mayoría de las ocasiones, en saber por dónde empezar, cómo hacerlo, en crear una estructura para este fin a la que además no se sabe dirigir pues no se domina el proceso, sobre todo para determinados tamaños de empresa.
¿Por dónde empezamos?
En estos casos en Improven comenzamos por el qué para luego abordar el cómo.
Lo primero es entender el alcance y aporte de valor de un proceso de observatorio de tendencias. Un observatorio de tendencias empresariales es un proceso formalizado que debe ser continuo en el tiempo y que tiene una metodología determinada que nos permite, no solo detectar que cambios pueden afectar significativamente a nuestra empresa, sino valorar en qué plazo podemos hacerlo. Otro aporte significativo de valor para la organización es el hecho de habilitar de manera periódica y sistemática un espacio destinado a la reflexión. De esta manera no dependemos de ese “cuando tenga un hueco” que no llega nunca… Generar el hábito de mirar al futuro es clave en un entorno que avanza a velocidad de vértigo. En él definiremos las acciones que debemos abordar dentro de la empresa para capitalizar aquellos retos que puedan ser una oportunidad, o minimizar los efectos de los que puedan ser una amenaza. [inlinetweet prefix=»» tweeter=»» suffix=»»]Del observatorio de tendencias deben salir proyectos estratégicos para la compañía pues garantizarán el futuro de tu empresa.[/inlinetweet]
Una vez tenemos definido el qué, pasamos al cómo abordar este proceso y la primera parte es por dónde empezar. Definir el foco nos ayudará a minimizar los recursos que necesitaremos para desarrollar el proyecto y así maximizar su aporte de valor. Y ¿cómo conseguimos esto?
Observatorio de tendencias
Los cinco pasos del proceso de observatorio de tendencias:
1. El primer paso de un proceso de observatorio de tendencias es: analizar las palancas del negocio, cuáles son vuestros valores diferenciales y ventajas competitivas, es decir, qué es clave para vuestro modelo de negocio. Por ejemplo, en una fábrica de helados de consumo masivo podemos identificar como puntos clave: el segmento de clientes al que se dirige, el canal donde comercializa sus producto, la gestión del producto (pues es perecedero) y la innovación como palanca clave para su crecimiento futuro.
2. Establecer el foco: es importante entender que no estamos hablando de un estudio de la competencia, ni de un estudio particular de algún tipo de tendencia, sino que su alcance tiene que ser mucho más amplio y relacionado con todo lo que es clave para nuestros modelo de negocio, y que debe ser monitorizado de forma constante, ya que un cambio significativo en algunos de estos puntos puede poner en jaque nuestro negocio, o bien impulsarlo a un crecimiento exponencial. Para todo esto hay múltiples herramientas que podemos utilizar como el Canvas, los mapa de empatía y el customer journey map, entre otros.
3. Estandarizar los informes: con esto ya estamos en posición de definir con que periodicidad queremos tener estos informes, quiénes deben participar en las reuniones, quién será el responsable de desarrollar estos estudios, con qué recursos cuenta, cuánto durará cada una de las sesiones y cuáles son los objetivos a establecer para cada una de ellas. Nosotros recomendamos la participación en estas sesiones de un equipo multidisciplinar, aunque no muy amplio, para que sea operativo, y con alta responsabilidad en áreas claves de la empresa. Porque donde realmente está el aporte de valor de todo este proceso es en las conclusiones que podamos sacar como equipo.
En cada sesión debemos dejar un hueco para trabajar de forma conjunta las conclusiones sobre cómo todo esto puede afectar a nuestro negocio y definir, vía distintas técnicas de lluvia de ideas, cómo podríamos capitalizar o minimizar estos cambios que ocurren a nuestro alrededor.
4. Establecimiento de nuevos proyectos: haciendo uso de distintas herramienta de selección y valoración de ideas, debemos identificar aquellas ideas que por impacto y probabilidad de ocurrencia tenemos que desarrollar dentro de la empresa como nuevos proyectos, para ir adaptándonos a este entorno que cambia cada vez más rápidamente .
5. Quién: Habiendo realizado todos estos pasos falta definir el quién, es decir, si abordamos el proyecto de forma interna dentro de alguna área de la organización como puede ser el departamento de marketing o el área de I+D+I, o bien nos interesa externalizarlo, sea porque no contamos con recursos suficientes en la empresa, o porque nos interesa que, además, nos aporten otras visiones y experiencias de otros sectores y empresas, ya que un nivel de especialización mayor y una visión más transversal del negocio nos ofrece mayores garantías en el aporte de valor de un proceso de observatorio de tendencias.
Lo importante es que en los tiempos que corren, de una u otra forma, la empresa incorpore todos los años aquellos proyectos claves que debe ir desarrollando y que serán la base de su sostenibilidad futura.
Además de valorar cómo puede afectarnos y qué debemos hacer para adaptarnos a esos cambios, y, sobre todo, que esto sea una gimnasia de nuestro equipo y de las áreas claves de la organización, para así poder diseñar con ellos no solo con proyectos de mejora continua sino también proyectos de evolución y transformación para nuestra compañía. Cómo a mí me gusta decir, que el futuro no nos pille mirando el pasado…
¿Te animas a mirarlo conmigo?
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