Sergio Gordillo, socio Director de Improven, en la tribuna de EL ECONOMISTA, reflexiona sobre la situación de España en la economía europea. En este escenario, donde lo local parece positivo pero lo global plantea dudas, las empresas afrontan el desafío diario de seguir existiendo y compitiendo. El riesgo más evidente es confiarse y relajarnos ante el buen desempeño actual, olvidando que este crecimiento es más coyuntural que estructural. Entonces nos preguntamos, ¿España lidera el crecimiento en la eurozona?
Un arranque prometedor para la economía española
España ha comenzado el año con un papel protagonista en la economía europea. Según la prensa económica, nuestro país aporta el 40% del crecimiento de la eurozona, mientras que Alemania se estanca y Francia enfrenta incertidumbres crecientes.
Las proyecciones del Banco de España indican un crecimiento del 3,1% en 2024 y un 2,5% en 2025, cifras alentadoras. Sin embargo, detrás de estos titulares optimistas, la realidad es más compleja: la Unión Europea sigue sin igualar el ritmo de crecimiento de potencias como Estados Unidos y China.
El desafío empresarial en un contexto incierto
Las empresas deben enfrentarse al reto diario de seguir existiendo y compitiendo en un entorno donde lo local parece favorable, pero lo global genera dudas. El mayor riesgo es caer en la complacencia, olvidando que el crecimiento actual es más coyuntural que estructural.
En este escenario, la clave es adaptarse y evolucionar hacia modelos de negocio que puedan absorber turbulencias y responder a los cambios constantes del mercado. Para ello, es fundamental contar con herramientas y metodologías que ayuden a clasificar y abordar los desafíos empresariales.
El modelo Cynefin: una herramienta clave para la estrategia empresarial
En Improven, recomendamos utilizar el modelo Cynefin, un marco que permite entender y ordenar los retos empresariales en cuatro categorías:
- Simple: Soluciones obvias y directas.
- Complicado: Requiere expertos y metodologías probadas.
- Complejo: Implica incertidumbre e innovación.
- Caótico: Situaciones de crisis que exigen respuestas inmediatas.
Este modelo ayuda a estructurar estrategias empresariales combinando tres capacidades esenciales: eficiencia, diferenciación y redundancia.
La eficiencia: optimizar para competir
La eficiencia es el punto de partida para cualquier empresa. Implica maximizar los recursos actuales mediante:
- Metodologías Lean para eliminar desperdicios.
- Digitalización y estandarización de procesos.
- Formación y desarrollo del talento.
Aquí, los valores de obediencia, diligencia e inteligencia, descritos por Gary Hamel, son fundamentales. La tecnología desempeña un papel clave al mejorar procesos y aumentar la productividad. Sin embargo, la eficiencia por sí sola no garantiza la sostenibilidad a largo plazo.
Diferenciación: clave para la competitividad
Las empresas necesitan diferenciarse para afrontar los retos complejos del mercado, como:
- La transformación digital.
- Los cambios sociales y demográficos.
- Las exigencias medioambientales y regulatorias.
No existen respuestas únicas para estas cuestiones. Para afrontarlas, es necesario apostar por innovación, experimentación y metodologías ágiles, además de estructuras organizativas flexibles.
Es fundamental abordar preguntas difíciles como:
- ¿Cómo gestionar un relevo generacional en la dirección?
- ¿Cómo cerrar una actividad no rentable con implicaciones familiares?
Resolver estos dilemas no solo garantiza la sostenibilidad, sino que fortalece la competitividad.
Redundancia: prepararse para lo inesperado
En un mundo donde las crisis inesperadas son cada vez más frecuentes, es esencial anticiparse con un mapa de riesgos actualizado. Los llamados “cisnes negros” —crisis económicas, pandemias, conflictos bélicos, ciberataques— han demostrado la fragilidad de muchas empresas.
Para mitigar estos riesgos, es imprescindible implementar redundancia en áreas clave:
- Diversificación de proveedores para evitar dependencia crítica.
- Cadenas de suministro con almacenes alternativos.
- Estructuras financieras sólidas con menor dependencia de financiamiento externo.
- Copias de seguridad actualizadas para proteger la información.
Aunque desde un punto de vista tradicional pueda parecer ineficiente, esta preparación es fundamental en escenarios caóticos.
De empresas frágiles a antifrágiles
La combinación de eficiencia, diferenciación y redundancia permite a las empresas no solo sobrevivir, sino prosperar. Como explica Nassim Taleb en su teoría de la antifragilidad, las organizaciones que integran estas capacidades salen reforzadas de las crisis y se posicionan para liderar en los cambios de paradigma.
Liderazgo: la pieza clave para la sostenibilidad empresarial
Para que este modelo de gestión sea sostenible en el tiempo, se necesita un liderazgo claro y con propósito. Cualquiera puede gestionar en tiempos de calma, pero solo los líderes con visión a largo plazo pueden dirigir en medio de la tormenta.
Conclusión: la evolución empresarial en un mundo incierto
El modelo de gestión actual exige combinar eficiencia, diferenciación y redundancia para garantizar la supervivencia y el crecimiento empresarial. Solo así las empresas pueden evolucionar de frágiles a antifrágiles, preparándose para un futuro cada vez más incierto y competitivo.