Amalia Belenguer, Gerente de Cultura y Talento en Improven, escribe este artículo para Harvard Deusto sobre el liderazgo y el autoliderazgo, siendo esencial para gestionar eficazmente a otros. Antes de liderar equipos, es fundamental aprender a gestionarse a uno mismo, desarrollando el autoconocimiento, autocontrol y autogestión.
El autoliderazgo no solo refuerza la confianza y autoestima, sino que mejora la productividad y la capacidad de adaptación ante los cambios. Además, favorece la creatividad, el pensamiento crítico y mejora las relaciones interpersonales. En el entorno empresarial, estas habilidades permiten manejar situaciones críticas con serenidad, tomar decisiones coherentes y generar un ambiente de confianza.
El autoliderazgo es la capacidad de dirigirnos a nosotros mismos, gestionando nuestras emociones, comportamientos y decisiones para alcanzar nuestras metas personales y profesionales. Esta habilidad implica un profundo autoconocimiento, permitiéndonos identificar nuestras fortalezas y áreas de mejora, lo que nos facilita una adaptación efectiva a diversas situaciones.
Desarrollar el autoliderazgo conlleva múltiples beneficios. Nos otorga una mayor sensación de control sobre nuestras vidas, incrementa la autoconfianza y fomenta la proactividad. Además, mejora nuestra capacidad para enfrentar adversidades, estimula la creatividad y fortalece nuestras relaciones interpersonales al promover la empatía y la comprensión.
Para cultivar el autoliderazgo, es esencial definir un propósito claro y establecer objetivos alineados con nuestros valores. La autogestión del tiempo y la automotivación son pilares fundamentales en este proceso. Asimismo, practicar la autorreflexión y buscar retroalimentación nos ayuda a mantenernos en el camino del crecimiento continuo.
En resumen, el autoliderazgo es una competencia clave en entornos dinámicos y exigentes. Al liderarnos a nosotros mismos de manera efectiva, no solo mejoramos nuestro desempeño individual, sino que también nos posicionamos para influir positivamente en los demás y contribuir al éxito colectivo.
Desarrollar el autoliderazgo implica definir un propósito claro y comprometerse con el cambio personal. ¿Quieres empezar con el cambio? ¡Te acompañamos!