El autosabotaje silencioso: ¿qué significa no ceder el control?
Uno de los grandes enemigos de una sucesión empresarial exitosa es el autosabotaje. Y, tal como plantea Ricardo García, socio y Gerente en las oficinas de Madrid y Galicia de Improven, el quinto autosabotaje más común en las empresas familiares es no ceder el control. Y es que tener una planificación de la sucesión de la empresa familiar, no siempre es fácil.
Aunque el proceso sucesorio se haya iniciado, muchas veces el fundador sigue ocupando un papel dominante, tomando decisiones, corrigiendo a su sucesor o interfiriendo de forma sutil. Este comportamiento no solo retrasa la transición, sino que mina la confianza de las siguientes generaciones y perpetúa un liderazgo estancado.
¿Por qué es tan difícil soltar el mando?
Una cuestión de identidad y poder
Ceder el control de una empresa no es una decisión técnica, sino profundamente emocional. Para muchos fundadores, su identidad está ligada a la empresa que han creado. Dejar de tener el poder de decisión puede interpretarse como una pérdida de relevancia, una renuncia al propósito vital que les ha movido durante años. Esa sensación de “ya no soy imprescindible” genera resistencia interna, incluso cuando conscientemente se desea dar el paso a una nueva etapa.
El temor a la incertidumbre
Además del apego personal, existe un miedo latente a lo que puede pasar si no se está al mando. ¿Y si el sucesor toma decisiones equivocadas? ¿Y si no respeta la cultura y valores que han sido pilares del negocio? ¿Y si todo el legado se diluye en pocos años? Este temor es legítimo, pero si no se gestiona, lleva a frenar el relevo y a mantener un control excesivo que bloquea el futuro.
Te dejamos el enlace para que puedas descargar nuestra guía con los autosabotajes más comunes que nos encontramos en las empresas a la hora de llevar a cabo una sucesión de la empresa familiar:
Las consecuencias de no ceder el control
No soltar las riendas cuando ha llegado el momento tiene efectos muy concretos en la operativa, el clima y la estrategia empresarial. En primer lugar, se crea un cuello de botella en la toma de decisiones. El sucesor no puede avanzar si cada paso debe ser validado o corregido por quien sigue al mando, lo que ralentiza la capacidad de reacción y adaptación del negocio.
En segundo lugar, se produce una desmotivación progresiva del sucesor. Al no sentir que se le confía plenamente, pierde iniciativa, se frustra y puede incluso plantearse abandonar el proyecto familiar. Esto es especialmente grave si ha habido un proceso de preparación largo y costoso.
Y por último, pero no menos importante, aparecen los conflictos dentro del núcleo familiar. Cuando no hay claridad en los roles y responsabilidades, se generan tensiones, malentendidos y rivalidades que dañan tanto a la familia como a la empresa.
Si quieres ver todos los vídeos relacionados con los autosabotajes, puedes hacerlo en esta lista de YouTube.
¿Cómo evitar este autosabotaje? Llevar una buena planificación de la sucesión de la empresa familiar
1. Define roles y responsabilidades con precisión
El primer paso para ceder el control es establecer de forma clara qué responsabilidades tendrá el sucesor y cuáles dejará de ejercer el fundador. Esto debe plasmarse en un plan con hitos, plazos y entregables. Por ejemplo: a partir de cierta fecha, el nuevo líder tomará decisiones sobre operaciones o estrategia comercial sin intervención directa. Esta definición permite que todos los miembros del equipo (y de la familia) sepan a qué atenerse.
2. Cede autonomía, no tareas sueltas
Delegar no significa repartir tareas menores. Ceder el control implica dar autonomía real para decidir, liderar y asumir las consecuencias. El sucesor debe tener margen para equivocarse y aprender. Solo así podrá desarrollar su estilo de liderazgo y ganarse la autoridad ante el equipo.
3. Acompaña emocionalmente el proceso
Aceptar que ya no se tiene el control total puede generar una especie de duelo. Es clave que el fundador se sienta acompañado, ya sea por un mentor, un coach o una figura externa que le ayude a entender su nuevo rol y lo valore como “líder emérito” o guía estratégico, sin necesidad de estar en el día a día.
4. Crea estructuras de gobierno familiar
Uno de los mejores mecanismos para evitar interferencias es establecer un sistema de gobernanza: consejo familiar, protocolo de decisiones, reuniones periódicas. Estas estructuras permiten separar los temas familiares de los empresariales y asegurar que cada persona asuma su rol con madurez.
5. Diseña un plan de sucesión por fases
La sucesión no debe ser abrupta ni improvisada. Un buen plan incluye varias fases: preparación inicial (identificación del sucesor y formación externa), transferencia progresiva (participación en decisiones clave) y consolidación (asunción plena del liderazgo). Esta planificación por etapas reduce la ansiedad y permite evaluar resultados paso a paso.
¿Qué se gana cediendo el control?
Lejos de ser una pérdida, ceder el control en el momento adecuado trae grandes beneficios. Por un lado, la empresa gana en agilidad y adaptación al permitir que nuevas ideas y estilos de gestión entren en juego. Por otro, el legado del fundador se fortalece y se multiplica, porque demuestra su madurez y visión de largo plazo. Además, se preserva la armonía familiar y se evita el desgaste emocional que produce una sucesión mal gestionada.
Soltar no es rendirse, es evolucionar
No ceder el control es uno de los autosabotajes más comunes en la empresa familiar, pero también uno de los más evitables. Con una planificación adecuada, un enfoque emocionalmente inteligente y una visión de legado real, se puede hacer una transición fluida, sana y sostenible.
¿Te cuesta soltar las riendas pero sabes que ha llegado el momento? En Improven te ayudamos a diseñar e implementar tu planificación de la sucesión de la empresa familiar. Profesionalizamos el proceso y te acompañamos en cada paso para que tu legado crezca. Contáctanos y empieza a construir el futuro hoy.
