Mª Ángeles Lozano entrevista a Fernando Giner, consejero asesor y miembro del consejo de administración de Improven, en el programa A Media Sesión, quien ha analizado los principales autosabotajes en la sucesión de empresas familiares a los que se enfrentan las familias empresarias. Para saber más sobre estos autosabotajes, puedes leer esta guía que ha publicado Improven:
¿Cómo evitar los autosabotajes en la sucesión de la empresa familiar?
Según Giner, uno de los principales problemas es que muchos empresarios creen que «siempre habrá tiempo para hacerlo». Sin embargo, posponer la sucesión puede derivar en situaciones inesperadas que afectan tanto a la empresa como a la familia.
Entre los errores más comunes en este proceso se encuentran:
- No planificar con tiempo: la sucesión no es un evento puntual, sino un proceso que debe gestionarse con anticipación.
- Creer que el sucesor debe ser familiar por obligación: el liderazgo debe recaer en la persona mejor preparada, ya sea un miembro de la familia o un profesional externo.
- Falta de institucionalización: convertir la empresa en una institución con normas claras y órganos de gobierno profesionales ayuda a garantizar su continuidad.
- No formar a los futuros accionistas: no basta con heredar la propiedad; es fundamental educar a las siguientes generaciones en la gestión del negocio.
Liderazgo y visión: claves para el éxito
El éxito de una sucesión bien hecha no solo depende de elegir al sucesor correcto, sino de preparar la transición con una estrategia clara. «El legado no es solo una cuestión de propiedad, sino de cultura y valores empresariales», destaca Giner.
Para ello, recomienda:
– Crear un consejo de administración profesional que ayude a gestionar la empresa con objetividad.
– Establecer un plan de sucesión formal, que defina los pasos a seguir y evite conflictos familiares.
– Fomentar un liderazgo sólido y alineado con la cultura de la empresa, asegurando que los valores del fundador se mantengan a lo largo del tiempo.
El éxito: una empresa sostenible y una familia unida
La verdadera meta de una buena sucesión no es solo asegurar la continuidad de la empresa, sino también garantizar la estabilidad familiar. «El empresario debe preguntarse cómo quiere ver a su familia en la cena de Navidad: unida y en paz o dividida por conflictos de sucesión», advierte Giner.
Improven acompaña a las empresas familiares en este proceso, ayudándolas a evitar los errores más comunes y garantizando que su legado se mantenga en el tiempo. En definitiva, una buena sucesión no solo protege el patrimonio, sino que asegura el futuro de la empresa y la felicidad de la familia.