Beneficios de un plan de formación para empresas
Cuando voy a dar alguna formación a una empresa, normalmente, empiezo contando la misma historia, ¿por qué me gusta trabajar en programas de formación? Y la respuesta es muy sencilla: porque “enseñar es aprender dos veces”.
Creo firmemente en la formación, en la educación, en el aprendizaje, como una de las más potentes herramientas que le permiten a una persona llegar a ser lo que quiere ser tanto personal como profesionalmente. Por ello, estoy plenamente convencida de los beneficios que otorgan los planes de desarrollo y formación profesional de las personas que hacen parte de una empresa.
Dentro de mi ejercicio profesional, me he encontrado con responsables del área de desarrollo, formación, personas, talento, cultura y talento, RRHH, que se encuentran en la tesitura que creen firmemente en los beneficios que aporta la formación pero que sus planes no terminan de causar el impacto o no logran verse reflejados dentro de los indicadores de desarrollo del negocio.
¿Para qué sirve un plan de formación para empresas?
Y entonces es cuando te plantean la pregunta de ¿cómo podemos medir el retorno de esta inversión para que se siga potenciando en la empresa?…
Objetivos de un plan de formación
Para poder medir el retorno es importante, que primero partamos de la base… cuando planteamos un plan de formación ¿tenemos en cuenta el propósito de la empresa? Antes de analizar la estrategia, sus ejes, las líneas estratégicas, es importante valorar en qué medida un plan de formación se vincula, suma, aporta valor al sentido, la razón de ser de que exista la empresa en nuestra sociedad. De entrada, un plan de formación o la formación en sí, deja de ser algo puntual para ser algo más integrador y estratégico con el para qué y el cómo hacemos lo que hacemos.
Analizar la situación actual de la empresa
Del propósito, ya podemos pasar a analizar ¿cuál es la dirección general de la empresa? Y en base a la misma, ¿Qué tan preparado está nuestro capital humano para orientar sus esfuerzos hacia esa dirección? Teniendo en cuenta los tres pilares en los que puede residir un bloqueo: Saber, Poder y el más importante Querer alinearse en dicha dirección.
Algunas empresas consideran que el proceso de formación es una actividad simple: (Una persona trabajadora requiere un conocimiento, se le proporciona una capacitación y finaliza con el conocimiento) pero si realmente existe una cultura del aprendizaje, los planes de formación demandan un buen análisis previo para integrar personas, propósito, objetivos de la empresa con los propios de la formación.
Cómo medir los resultados del plan de formación
Posteriormente hay que identificar ¿Cómo vamos a medir el impacto de la formación en el desarrollo del negocio?, ¿En su cuenta de resultados? Para ello, se requiere de la definición previa de unos indicadores que evidencien las oportunidades y grado de aprovechamiento, pero a su vez de un seguimiento periódico. La formación no debería finalizar cuando finalicen las horas de impartición, demanda acciones que aseguren y demuestren que los cambios producidos gracias al aprendizaje se mantienen y repercuten en el desarrollo del negocio (% de accidentalidad, % de rotación, % de incidencias, % en tiempos de ejecución entre otros).